EL CAMÍ DE LA QUARESMA
Hemos comenzado ya el tiempo de Cuaresma. Una nueva oportunidad para acercarnos más a Dios a través de la oración, el sacrificio y la caridad hacía los demás. Es verdad que en nuestra sociedad las palabras como “ayuno”, “sacrificio”, suenan mal, y hasta puede que molesten. Sin embargo, cuantos de nosotros no hemos hecho experiencia de éstas palabras a lo largo de nuestra vida: el sacrifico del estudio para llegar al gozo del esfuerzo bien hecho y el aprendizaje conseguido, el sacrificio de los momentos en vela acompañando el dolor y el sufrimiento de un familiar o un amigo, el sacrificio de levantarse cada mañana para ir a trabajar y ganarse el pan con el propio sudor… Si, sacrificarse no ésta de moda, pero todos conocemos y comprendemos perfectamente que hay sacrificios que valen la pena: sacrificarse por amor a los demás y por amor a Dios. Éste el sacrificio que el Señor nos ésta pidiendo en ésta Cuaresma: vencer nuestros egoísmos, salir de nuestras mentiras, trabajar por el bien propio y de los demás, luchar contra la violencia con amor y paz.
De hecho, un ejercicio de oración
precioso en éste tiempo de Cuaresma es el Via Crucis. En el Seminario lo
rezamos cada viernes con los seminaristas. Cuaresma nos vuelve a invitar a
poner nuestra mirada en Jesús Crucificado para darnos cuenta que no hay amor
más grande que el que da la vida por sus amigos. Así es Dios. En la cruz
nos manifiesta que Él nos abre las puertas de la vida, y que aunque la muerte
es una realidad muy nuestra y muy humana, Él es la puerta que nos acoge en su
Reino de amor, de paz, de vida. Hay tanto dolor en el mundo, tanta barbaridad,
y muchas veces por culpa de la naturaleza humana tan ávida de poder, de
soberbia, de orgullo, de envidia. Se han cumplido un año de la guerra de Rusia
y Ucrania (en Siria ya llevan así desde 2011, y en tantos lugares del mundo que
son olvidados), que me hace pensar en cada estación del Via Crucis. Una
sociedad que promueve la muerte con leyes que favorecen el aborto y la
eutanasia, sin plantear las curas paliativas o las ayudas a los recién nacidos,
en un país que demográficamente está descendiendo la natalidad y creciendo las
muertes y los suicidios. ¿Qué nos está pasando? ¿Qué nos ésta pidiendo el
Señor?
Ésta semana otra noticia, más
cercana, me dejó sin palabras: la muerte repentina de Lourdes, hija de Mercè
Fernandez, a los 55 años. Descanse en paz. Rezamos para que el Señor la
acoja en su Reino. Que dolor y sufrimiento. La pena de no encontrar el sentido
a las cosas y las motivaciones de Dios… Pero quizás es en esos momentos en la
vida que podemos entender más el dolor de Dios, y el dolor de Cristo en la
cruz. Sin palabras. Como las mujeres que acompañan al Crucificado. Como María,
que sin entender, permanece a los pies de la cruz de su Hijo. Por la fe, y
gracias a la fe, podemos intuir que la muerte nos es el final. La Vida
se abre camino. Como la semilla que tiene que morir para dar fruto. Como la vida
que tiene que morir para entrar en la Vida eterna de Dios. Como Cristo que
tiene que morir en la Cruz para abrirnos con su Resurrección la Vida en el
Cielo donde gozaremos todos juntos de la dicha de vivir como hijos de Dios por
los méritos de la Pasión y Muerte de Jesucristo.
Por ello, a pesar de todo, hay motivos
de esperanza. Personas que dedican su vida y la gastan por los demás en el
mundo de la sanidad, de la medicina, de la vejez, de los niños, de los
voluntarios…. Tantas personas que luchan por un mundo mejor: sin guerras, sin
violencia, sin muerte… Orando por la vida mediante la campaña de los 40 días
por la vida. Entregando su vida como Mons. David Abadías, el nuevo obispo
auxiliar de Barcelona, o como los mismos seminaristas, que lo dejan todo para
seguir al Señor sirviendo a su Iglesia…. Los jóvenes que se preparan para la
JMJ…
Le pido a la Virgen María que nos
acompañe en éste camino cuaresmal, que nos agarre de la mano en nuestro
valle de lágrimas, para que sintamos cercano su consuelo y protección, sabiendo
que nos caminamos solos. Jesús camina con nosotros.
Mn. David Álvarez, rector
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