“JO SERÉ AMB VOSALTRES CADA DÍA FINS A LA FI DEL MÓN”
Ésta es la promesa que hace Jesús de Nazaret a sus discípulos después de pasar por el Clavario, de resucitar y de subir al Cielo. Es por tanto su despedida. Aunque es una despedida original, ya que no nos dejará nunca, nos envía el Defensor, o sea el Espíritu Santo, para acompañarnos. Para que gracias a la fuerza y pedagogía del Espíritu podamos sentir la presencia de Jesús con nosotros, y podamos celebrar los sacramentos, en especial el de la Eucaristía, de la misma forma que nos mandó Jesús: en su nombre, en memoria de mí . Estos días hemos tenido la oportunidad de vivir una Semana Santa intensa, unas semanas de Pascua fecundas, y unas solemnidades de Santísima Trinidad y de Corpus Christi con mucha devoción. Además la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, que devotamente llena el mes de junio, nos ofrece la oportunidad de contemplar su amor y ternura para ser también nosotros misericordiosos, como Dios Padre lo es por todos nosotros. Éste verano, pues, nos acompañará de nuevo