TEMPS D’ESTIU, també un temps per dedicar a Déu
Con el aumento de las temperaturas, y habiendo celebrado en éstos días la “revetlla” de Sant Joan, podemos decir
que ha quedado inaugurado de nuevo el tiempo de verano. Y con el verano vuelven
las vacaciones. Un tiempo de descanso
merecido para todos aquellos que han trabajado duro en éste curso con la
familia, en el trabajo y con los estudios. Unos con más motivo porque se jugaban
su futuro en la selectividad y pruebas de acceso, otros por las ganas de poder
cambiar de rutina.
Sin embargo el tiempo de vacaciones
no es sinónimo a un tiempo de “vagancia”. No es un tiempo para perder, sino una
oportunidad para estar con la familia, con los amigos, ya hasta para conocerse
más uno mismo. Por tanto, un tiempo para crecer y para enriquecerse. Y aún más,
para los cristianos, las vacaciones, el tiempo de verano, es también un tiempo
para conocer y amar más a Dios. Aunque estemos en el mar o la montaña, lejos o
en nuestras casas, solos o con la familia y los amigos, verano es un tiempo
para ser más conscientes de la presencia de Dios en nuestras vidas: para
disfrutar más de Él.
Así que os invito a pasar unas vacaciones como “Dios manda”, teniendo más
presente a Dios mediante: la misa dominical y una buena lectura espiritual (que
puede ser el Evangelio de cada día, o la vida o libro de algún santo que nos
pueda ayudar más cada día. En fin, os deseo a todos un buen tiempo de
crecimiento. De descubrir más a Dios en nuestra vida, y unas buenas vacaciones
para vivirlas sanamente y santamente.
Mn. David Álvarez, rector
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